viernes, 20 de junio de 2008

Incluidos-Excluidos

A lo largo de los años, y sobre todo dentro de nuestra contemporaneidad plagada de publicidad y cultura de imagen, los distintos tipos de organizaciones han buscado llamar la atención, e incluir a un respectivo tipo de público.

En gran medida, este afán por englobar a su público, se debe a un alto grado de interés económico, es decir, se llama la atención de aquellos que pueden comprar mis productos y pagar los servicios que yo brindo.

Dejando a un lado el factor económico, la inclusión se vuelve necesaria para forjar una simbiosis entre la organización y el público. Esta simbiosis se refiere al hecho de que las personas, al sentirse incluidas, crean simbolismos que, hasta cierto punto, dan sentido a una parte importante de su vida, para no ser tan globales.

¿Como así? Pues basta con observar marcas de ropa, de perfumería, de comestibles, o de moda en general, para darse cuenta del rol fundamental que esto ocupa en las vidas de las personas.

No digo que esto sea algo malo, porque a veces creo que el ser humano tiene la necesidad de crear este tipo de mundos simbólicos para sentirse bien, sentirse incluido.

No solo me refiero a lo económico, porque tenemos a la vez a las religiones, los gobiernos, empresas multinacionales, entre otros.

El problema, desde mi punto de vista, radica en el hecho que mientras unos son tomados en cuenta dentro de la inclusión, muchos otros son excluidos de estas esferas, por diferentes razones, ya sea por sus capacidades económicas, por sus rasgos físicos, por sus habilidades, etc. Porque es difícil, o me atrevería a decir que casi imposible, que una determinada institución lograra una grado de inclusión global. Es similar al hecho de visibilizar e invisibilizar, es decir que para que algunos se sientan parte, es necesario que otros muchos se sientan fuera de lugar.

Esta idea de ser “excluido”, según la psicología, es uno de los principales factores dentro de las depresiones humanas. La idea de no ser aceptado, o mejor dicho, de ser rechazado, conlleva a esferas problemáticas inimaginables. Sino ejemplifiquemos: la moda plantea un concepto de belleza que coloca a la mujer delgada como lo mejor, de ahí surgen problemas enormes como la bulimia y la anorexia en las personas. Las religiones plantean conceptos de bien y mal específicos que generan sentimientos de culpa en las personas, lo cual cohíbe sus acciones y predestina su vida. Las marcas plantean la idea de que la personas que está económicamente bien, utilizan ciertos productos, y tienen x tipo de carro, etc., esto genera un sentimiento de inferioridad en aquellos (la gran mayoría) que no tienen acceso a este tipo de cosas.

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